Se supone que por el hecho de ser persona, todos y todas
tenemos los mismos derechos. Pero cuando alguien tiene que hacer las cosas de
forma diferente y necesita apoyo, quizá ni conozcan sus derechos. Digo
conozcan, porque yo, aunque tengo altas necesidades de apoyo a nivel físico, tanto
por haber podido acceder a la educación inclusiva, como por el entorno social
en el que he tenido la suerte de moverme, era capaz de ver que tenía derecho a
ser una más. Pero soy muy consciente de que hay compañeros/as que quizá ni
siquiera se habían planteado que tenían derechos y lo que no se conoce no se
puede exigir.
Después de este preámbulo, voy a hablar de lo que realmente
me lleva a escribir este testimonio:
Se me ocurre escribir
esto, después de ser capaz de hacerme sola y desde mi casa el plan de trabajo
sobre derechos:
Por un lado, hablar de lo bien elaborados que están los
materiales de apoyo, yo llamaría de estudio; tanto los vídeos como los textos,
aclaran perfectamente los conceptos clave de cada tema y se afianzan
perfectamente los conocimientos a través de las dinámicas. Y además intentan
que seamos conscientes de nuestras discriminaciones diarias y que los/as
profesionales vean nuestros anhelos.
Esto puede ser un ejemplo perfecto de curso online adaptado a
todos los perfiles de las personas con parálisis cerebral, habiendo a
continuación una respuesta de la persona encargada de la formación. Pero no
siempre hace falta la ayuda de un profesional ni pertenecer a un grupo para
poder hacer este tipo de planes, que yo creo que además esto es otra forma más
de fomentar el empoderamiento de las personas con parálisis cerebral.
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