Como todo lo que me llega, esto también me llegó por correo electrónico. Un grupo de trabajo para realizar una guía sobre sexualidad y parálisis cerebral: “de todo se aprende y el tema me gusta” fue mi primer pensamiento.
Llega la primera reunión, ves que el grupo es bastante agradable y encima vuelvo a ver a Natalia Rubio, una gran profesional que sabe empezar por abajo, por ejemplo,” me quiero, me respeto, me acepto”, o bien, sabe explicar y convencer de que la sexualidad se puede vivir de diferentes maneras. Es un lujo coincidir con ella y con el resto de sus compañeros.
Por otro lado, aunque solamente éramos dos personas con parálisis cerebral, creo que sí se nos dio el lugar que nos correspondía. Yo personalmente me sentí una más, que ni más ni menos es de lo que se trata.
Ahora voy a un tema importante para mí: al poco tiempo mandan los documentos sobre los que habíamos trabajado y piden aportaciones, viene bien especificado y con colores fáciles de ver las aportaciones que me tocaba hacer a mí. Pues como muchas otras veces, pero esta vez con más miedo, ya que era para la guía y no para las redes ni para mi blog. En cuatro mañanas y, como yo digo, a mi ritmo estaba hecho. 
En la segunda reunión, cuando se empieza a hablar de aportaciones y la compañera me ofrece el ordenador para leer, le digo que no mueva el ordenador, “que lea ella”. Lo importante es que era mi trabajo y estaba bien hecho; aunque no leí, no paré de hablar en toda la reunión, interactuando con el resto de compañeros.
Aquí va una reflexión: después de esto veo que no es tan descabellada mi idea de poder trabajar desde casa, aunque hubiera que desplazarse a veces al lugar de trabajo.
Gracias Sara por esta oportunidad.      
 
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