Siempre me había llamado la atención eso del coaching,
incluso había hecho un pequeño curso online, pero debo decir que nunca me
convenció mucho.
Hace poco una persona que tiene que hacer prácticas me
propone trabajar conmigo, lo que en principio fue un sí, más que nada por
ayudarla. Creo que va a ser una oportunidad de crecimiento e incluso
saneamiento personal para mí.
Porque a través de este proceso, yo me doy cuenta de lo que
quiero y porque ella solo guía o aconseja, no impone y esto a mí me hace sentir
realmente protagonista de mi propio proyecto y creo que me puede proporcionar
herramientas para afrontar futuras situaciones, creo que también influye mi
confianza en ella.
Pues bien, después de hacer un ejercicio llamado matriz de
identidad, fui capaz de darme cuenta realmente de que tengo bien definida mi
escala de valores, lógicamente hay algunos que chocan. Pero eso le pasa a todo
el mundo, esto me ha confirmado algo que ya sabía: que soy una persona
inteligente, aunque a veces esa inteligencia cause dolor, porque a veces mi
entorno más cercano intenta cambiar mi escala de valores o, lo que es peor,
dicen frases como: “basta que lo diga yo, para hacer lo contrario”, cuando para
nada es así.
Desde aquí recomiendo a todas las personas con gran dependencia
física hacer alguna sesión de coaching: tanto para ser conscientes de su propia
identidad, como para sanarse emocionalmente. Además se pueden hacer por
internet o incluso por teléfono, lo cual nos permite privacidad con el coach.
No hay comentarios:
Publicar un comentario