Los años pasan muy deprisa, pero la sociedad no cambia tan
deprisa como quisiéramos. Cuando di mi primera charla ya pensaba en cambiar las
cosas, hoy en día me doy cuenta de que no han cambiado tanto. Las que sí
cambiamos somos las personas a través de nuestras experiencias, pero seguimos
con la misma pasión: abrir caminos.
Comparto con vosotros ese primer artículo:
Desde el centro donde estudio me comunican que el equipo de motóricos
ha propuesto que diese una charla sobre mi experiencia en el instituto.
Desde entonces, empiezo a dar vueltas y más vueltas a la cabeza;
no sabía si yo sería capaz de realizar esa actividad, pensaba que yo no estaba
preparada para ello, pero después de pensarlo un poco, me lancé porque pensé
que todas esas ideas que yo tenía podían servir a mucha gente.
Empiezan los preparativos, las tensiones se acumulan, el tiempo
pasa, el día se acerca y los nervios aumentan de tal forma que la noche
anterior a la charla no podía dormir. Me pasé toda la noche pensando qué decir
o si lo que iba a decir gustaría o no.
De camino al colegio iba súper nerviosa, pero a la vez ilusionada:
era un día importante para mí.
Nada más llegar al colegio me recibe la coordinadora de
integración, la gente va llegando, la hora de la verdad ha llegado. El director
del colegio entra a presentarme, me presenta como una persona que había
conseguido llegar al instituto y con buenos resultados a pesar de mis dificultades.
Pero ahora me tocaba hablar a mí; toda la gente está pendiente de tus palabras,
te sientes observada y piensas: “dónde me he metido”, pero cuando ves que la
gente te aplaude, se emociona y los
niños se acercan y te dicen que ha gustado mucho, te das cuenta de que tus nervios han merecido
la pena.
Espero que ese día no sea solo un recuerdo sino que sirva para
abrir camino a mucha gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario