lunes, 11 de agosto de 2014

JUGANDO CON MUÑECOS

Pensando en las más peques se me ocurre hablar de un juego que quizás se haya perdido un poco: el juego con muñecos, pero muñecos que no hacen nada como, por ejemplo, los barriguitas de hace algunos años.

Bajo mi punto de vista este tipo de muñecos pueden ayudar a las niñas con discapacidad a mejorar todo tipo de habilidades, ¿por qué? porque son muñecos con los que la persona que  trabaja con la niña, aprovechando su inocencia, puede poner voz al muñeco, hacer que se aleje, enseñarle a leer o cualquier otra cosa que le pueda venir bien a la niña. Eso sí, que el muñeco guste a la niña. Es muy importante que éste se convierta en su fiel amigo.
En mi caso era un barriguitas negrito llamado Daniel, que todavía conservo. Este muñeco, a parte de ser con el que mejores ratos pasé, fue el que me ayudó a aprender  a leer. Cuando en el colegio le decían a mi madre que me comprara determinados cuentos, los leyera y luego comprobaran a ver si lo entendía, fuese quien fuese el que estuviese conmigo, no podía faltar mi querido amigo Daniel.
Por otro lado, muchas veces jugaba a ser su maestra, con lo cual sin querer yo recordaba las letras y los números. Al hilo de esto cuando me preguntaban por qué me gustaba ser maestra de ese muñeco yo contestaba: porque es diferente, pero sabe lo mismo que los demás.

Creo que debería de haber más muñecos con discapacidad por dos motivos: primero para que las niñas con discapacidad se sientan identificadas y segundo para que a través del juego las niñas sin discapacidad vayan viéndolo como algo normal.

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