En sus
páginas nos adentra en una historia de superación y resiliencia, en la que
Sara, una chica adolescente con parálisis cerebral y grandes necesidades de
apoyo a nivel físico y comunicacional rompe con las barreras físicas y
actitudinales impuestas por la sociedad.
Todo un relato a la inclusión. Una
inclusión que nace en las aulas y se va extendiendo paulatinamente a todas las
esferas vitales: grupo de iguales, ocio, universidad y empleo. Gracias una vez
más por tu activismo, Rocío.
Ángeles Blanco
“Rodando hacia la inclusión” no es solo la experiencia vital
de Rocío Molpeceres, también forma parte de la mía. Una parte tan importante
que la recuerdo cómo un punto de inflexión en mi vida. Aunque yo estaba al otro
lado de la silla, parecería que empujando, en realidad nos empujábamos
mutuamente. Aprendí que querer es poder, que la familia puede ser un gran apoyo
o la mayor barrera, que todos tenemos alguna “discapacidad” (¡como nos gusta
poner etiquetas!) aunque no se vea, y que todos debemos explorar hasta dónde
podemos llegar. Y Rocío ha llegado, y sigue llegando, más allá de lo que mucha
gente esperaría de ella. Yo no, yo sé que ella seguirá rondando y peleando por
la inclusión. En los capítulos del libro reconozco grandes experiencias compartidas,
un relato de las vivencias de una niña que quería ser como las demás. Una niña
peleona, guerrera, luchadora, que hizo que su causa fuera la mía, que cambió mi
forma de ver la vida y me hizo menos “discapacitada”. Es un libro sencillo de
leer, directo, como es ella, muy recomendable para entender de primera mano lo
importante que es entender la diversidad, para ponerse por un momento en la
piel de aquellos que tienen dificultades físicas para llevar una “vida normal”
y para valorar esa capacidad de algunos “discapacitados” de superar las
barreras.
¿Qué decir? Leer las aventuras de
Sara, me ha hecho retroceder en el tiempo y recordar a una jovencita que no se
le ponía nada por delante, que sabía lo que quería y, que, escuchaba todas las
propuestas que se le hacían para ver si eran viables y la hacían MÁS
INDEPENDIENTE, aunque eso supusiera ser
“conejillo de indias”: un ratón para pc que parecía un casco espacial con
licornio para poder manejar el teclado, una aplicación de control de voz que
aprendía de su usuario y que daba muchos quebraderos de cabeza hasta que
funcionó, liderar una asociación de jóvenes con discapacidad haciendo
aportaciones a diferentes ámbitos ciudadanos, ayudar a definir las funciones
del asistente personal cuando no existía en el catálogo de ocupaciones y solo
era una idea…y la lista sigue.
Me agrada comprobar, que esa
joven “rebelde” con lo socialmente establecido, ha sido referencia para romper
barreras y prejuicios en las personas mayores, me refiero a padres, educadores,
tutores…en definitiva, las personas responsables de esas PCD y en los más
jóvenes al demostrarles que es posible llevar una vida “normal” ya que todos
tenemos dificultades, unos más que otros, decidir afrontarlas y cómo, es lo más
importante; es todo un reto.
Eso es la más significativo de
Sara, hacer frente a los retos que surgen en el camino, e incluso ha habido
veces, que ha hecho suyos los de otros porque tiene una energía y una fuerza
especial. Todo este aprendizaje, la está permitiendo acceder a entonos, medios
y personas que dan visibilidad a los pasos de gigante de cómo ha mejorado el
mundo de las PCD, de lo que queda por hacer.
Rocío ten por seguro que al
rimero de personas que a lo largo de estos años hemos pasado por tu vida, nos
has “tocado” y quiero pensar, que algo también te hemos dejado, y espero que
positivo. Lo que sí sé es que todo este proceso te ha hecho una gran mujer y
una gran persona. ¡Sigue así!
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