A veces
dices un hola por privado en Facebook y cuando te contestan te das cuenta que
no te apetece hablar con esa persona, que tú sola te has creado un compromiso
innecesario. Pues lo mismo ocurre cuando decimos “a ver cuándo quedamos a tomar
café”. Últimamente me gusta dedicar
tiempo a la gente que realmente merece la pena para mí.
Cuántas
veces pensamos que la gente es especial y luego, cuando nos paramos a analizar
a las personas, no son tan especiales; simplemente hacen cosas bien y que nos
gustan y ya está, pero nosotros mismos/as hacemos lo mismo y no lo valoramos.
El respeto no se pide, se gana; no solo
haciendo las cosas bien de cara a la galería, sino a diario; hay personas que
te tratan como a ti te gusta o, mejor dicho, como deben. Cuando la gente las
ve, pero ya te han quemado antes. Os cuento esto porque el otro día me dice una
persona: “a mí nunca me has contestado mal” y la dije: “porque siempre me he
sentido respetada por ti”
No te
compares con nadie ni intentes imitar a nadie; aprende de quien admiras, pero
nunca lo imites. Seguro que mezclando lo que aprendiste y lo que tú sabes las
cosas te salen bien, pero si intentas imitarle, aparte de no hacerlo bien, faltará
tu esencia y debemos recordar que nosotros tenemos cualidades tan válidas como
las personas a las que admiramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario