Después de muchos años colaborando con diferentes entidades, he llegado a las siguientes conclusiones:
A pesar de lo que la gente se cree, no es ocio; cuando dices: “tengo que ir a dar otra charla o hacer cualquier otra actividad”, te dicen: “pero si te encanta”; pues claro que me gusta, solo faltaba. Pero lo que se busca es defender una filosofía y desarrollarse de forma profesional.
El que va de amigo, “malo”. Hay gente que te dice: “con lo que tú vales, con lo que yo te quiero”, y claro, tú no eres de piedra y te lo crees. Pero cuando hay algún pequeño problema con algún trabajador de la entidad y lo dices, te contesta que es la primera noticia que tiene y por supuesto no hace nada por solucionarlo. No estoy en la cabeza de nadie, pero probablemente lo que esta persona piense sea: “bah, bobadas de ella”, o algo peor, “son niñerías”.
Pero justo la persona que menos te escribe, que menos cosas bonitas te dice, que sí necesita que hagas algo no se anda con bobadas, es la persona encargada la que te avisa de lo que necesitan. Sí se preocupa de si te encuentras a gusto colaborando con ellos, aún no habiendo ningún problema y sintiéndote como en casa en esa entidad. Y los piropos te caen en el momento preciso.
No necesito alfombras rojas, pero escúchame siempre y no solo cuando te doy la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario