Continúo con un tema del que ya he escrito varias veces, las
relaciones sociales de las personas con discapacidad:
Una de las cosas que creo que mucha gente piensa es que, para
que una persona con discapacidad les coja cariño, especialmente algunos tipos
de discapacidad como la parálisis cerebral, sólo hace falta que nos den besos y
abrazos y nos digan qué guapa/o estás. Yo digo: “escúchame, respétame y te
ganarás mi cariño”. Os puedo decir por experiencia propia que da resultado: una
persona que en un principio tenía todas las papeletas para no caerme bien supo
ganarse mi cariño simplemente con pequeños detalles como un ¿qué te pasa? Pero
debe hacerlo cuando estás tú sola, darte el protagonismo que te corresponde y
no decir que tus enfados son tonterías.
Por otro lado, hay gente que no espera ciertas respuestas o
ciertas actitudes de ti porque se piensan que no tenemos malicia, como la gente
suele decir. Es verdad que he aprendido que tengo que sentarme a hablar con quien
toque, saludar a todo el mundo, pero la gente no va a recibir de mí lo que no
me haya dado. A veces, hay gente que dice: “¿cómo te cae bien esté o el otro?”
y yo les respondo que porque tengo mi propia escala de valores y sé lo que quiero
y puedo pedir a cada persona y si me aporta algo o no. Otra cosa que me molesta
mucho es que la gente intente forzar la amistad, sobre todo en ámbitos de
trabajo.
Igual que a mí no me cae bien todo el mundo, yo tampoco
pretendo caer bien a todos, simplemente una relación cordial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario