lunes, 29 de julio de 2024

Comencé un camino que nadie esperaba

 

Cuando las letras están pegadas en la pared y tú oyes como se las enseñan a algunos de tus compañeros y compañeras. Que se supone que tenían capacidad plena y tú no. Solo porque tenías menos autonomía física. (De esto me he dado cuenta con los años).

Pero curiosamente, si se empeñaban en que pintara dibujos sin sentido para mí, supuestamente para que consiguiera agarrar una pintura o colorear sin salirme.

La sorpresa viene cuando a mis siete años llego al colegio de educación inclusiva, donde entré gracias a que tenía comunicación oral. Porque según la persona que pasó las pruebas no tenía el nivel para entrar en ese centro, como iba a tener nivel si solo me dejaban pintar. Pero diría algo coherente cuando decidieron darme una oportunidad.

Pero mi mejor recuerdo es cuando la profesora de apoyo me puso en una mesa en la que entraba perfectamente. Ella puso un cuento rojo encima de la mesa y me fue señalando las letras, nadie me había enseñado directamente, pero yo iba deletreando, lo cual quiere decir que en aquellos tiempos donde yo me dedicaba solo a pintar algo escucharía sin que nadie se enterara y de vez levantaba la cabeza para ver la nueva letra que ponían en la pared.

La lectura de ese primer cuento, mi primera barrera superada sin saberlo.


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